Hijos del Amor Misericordioso
Sacerdotes y Hermanos que anuncian el Amor Misericordioso dedicándose a la atención de los sacerdotes diocesanos.
Obediente a la voz del Espíritu, la Madre Esperanza, el 15 de agosto de 1951, en Roma, da vida a la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso.
“Llevarán la ayuda y el alivio a muchas familias necesitadas y afligidas, el consuelo a los enfermos; en ella los huérfanos y los necesitados encontrarán su familia, los jóvenes su guía, los débiles su sostén, los caídos la fuerza para levantarse“.
En este texto queda plasmada la identidad, la misión y el estilo de la Congregación FAM que se compone de Religiosos, Sacerdotes, de Hermanos que desarrollan su misión dentro de la propia casa, de Hermanos en hábito civil comprometidos en las actividades seculares y de Sacerdotes diocesanos con votos.
Consta de cuatro “ramas”. Diferentes formas de pertenencia a la Congregación:
2. Hermanos FAM.
3. Hermanos FAM para las actividades temporales.
4. Sacerdotes Diocesanos con votos. (SDFAM)
La Congregación de los FAM está llamada a testimoniar el Amor Misericordioso ante todo con la santidad de la vida, practicando las obras de caridad, de las cuales la principal es la unión con el Clero diocesano. Los Sacerdotes y las obras de caridad en favor de los necesitados están estrechamente unidas como único fin.
Una Congregación de Sacerdotes y Hermanos que anuncian el Amor Misericordioso dedicándose a la atención de los sacerdotes diocesanos y, “unidos a estos como hermanos, ejercitan con entusiasmo, y solo por amor a nuestro Señor, todas las demás obras de caridad” (Const, FAM. Art. 18)
Por ello, promueven:
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La acogida a los sacerdotes en sus comunidades, para que descansen física y espiritualmente.
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La colaboración con ellos en el ministerio, asumiendo también parroquias que les ofrecen los respectivos Obispos diocesanos.
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La atención y asistencia a sacerdotes ancianos, jubilados o enfermos; creando con ellos un ambiente de familia, para que se hallen en la casa religiosa como en su propia casa.
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El apoyo fraterno, promoviendo su vida espiritual: formación permanente, retiros y ejercicios espirituales.